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Uno de mis sueños, es ver a la mujer que tengo por esposa, convertida en una verdadera perra, me gustaría, que la cogieran y le dieran por todos lados. Se lo encontró en las escaleras y le invitó a subir a su casa, él pensó que se la iba a follar. No era la primera vez que hacía algo así y se atrevió a repetir. Seguro que tu también has deseado hacer esto alguna vez pero no has tenido huevos. Era su primera vez con un hombre y estaba nervioso, eso era evidente. Pero aun así quería hacerlo y estaba dispuesto a llegar hasta el final. Tras presentarse delante de la.

Cambiamos de local y por el camino pareció enfriarse y perder el Estado Activo Positivo que había conseguido en el local anterior hablando con el grupo de chicas. Una buena forma de subir de nuevo el Estado es motivando a la otra persona, y así intente hacerlo durante un rato. Vimos a un par de chicas muy monas bailando entre ellas, a Juan no le pasaron desapercibidas tampoco, y me pidió que las entrase para meterle en el grupo como había hecho antes, pero esta vez le dije no, que tenía que hacerlo él mismo, que estaba ahí para aprender cómo hacerlo. Comenzó a hablar con una de las chicas, y me di cuenta que necesitaba un Ala que le ayudase. Cuando me giré vi a Alberto, otro alumno que acababa de pedirse una cerveza y venía de la barra. Nuria: Alberto, ven un momento. Una jugada maestra, ya estaban dos a dos, cada uno con su chica, como les habíamos explicado durante la mañana. Cuando salimos a la calle me acerque a él y le di la enhorabuena. Al principio lo he pasado algo mal y estaba apunto de volverme, pero luego ella me ha dicho que trabaja de veterinaria, y como mi madre también fue veterinaria hemos podido hablar sobre el tema.

Nos da miedo que no nos perdonen, que nos rechacen, y que te llenes de frustración y de un sentimiento de culpa demoledor. Es decir, que no se quede en una expresión bonita, llena de palabras que se lleva el viento, para cometer de nuevo el mismo error sin reparar la herida. Pues te toca hacer una autocrítica constructiva. Sentirte culpable no conmuta ni arregla lo que hiciste. Por eso, aprende de ello, y pide perdón. Uno se compromete sin límites mientras que el otro pone muchos límites en su compromiso. Emocionalidad excesiva.